Agitar el anticolombianismo suele producir réditos políticos cuando se quiere ser oportunista o tender cortinas de humo sobre la realidad. Es el caso de Nicaragua, donde algunos dirigentes explotan el supuesto diferendo limítrofe con Colombia para ganar aplausos. Pero al presidente Daniel Ortega se le fue la mano al decir que "le preocupa" la asistencia del presidente Álvaro Uribe a la cumbre del Plan Puebla-Panamá (PPP), que se realizará hoy y mañana en México. Según él, su presencia hace parte de una especie de conspiración.
La insólita declaración de Ortega, que atribuye a Colombia el intento de aliarse con los vecinos centroamericanos de Nicaragua para 'despojar' a este país de su territorio, es una obvia alusión al absurdo pleito que el gobierno de Managua entabló en la Corte de La Haya, desconociendo el tratado Esguerra-Bárcenas de 1928, con la pretensión de que se le reconozca una imposible soberanía sobre el archipiélago colombiano de San Andrés y Providencia.
Además de ofensiva (no solo para Colombia, sino para los vecinos centroamericanos de Nicaragua), esta salida de Ortega es un inaceptable exabrupto. Para comenzar, el Presidente de Colombia no necesita permiso de ningún gobernante extranjero para acudir a una reunión a la que ha sido invitado. Más en este caso, cuando nuestro país participa desde el 2005 en el PPP -mecanismo establecido en el 2001 por los países de Mesoamérica para impulsar la integración-, en el cual, desde julio, goza del carácter de miembro pleno.
No es esta la primera vez que Ortega manifiesta su beligerancia contra Colombia enarbolando la demanda sobre San Andrés, cuyo trámite en La Haya culminará en junio con las audiencias previas al fallo del tribunal. Beligerancia que no solo debe ser rechazada, sino motivar al Gobierno y a toda la sociedad colombiana para que asuman la más firme posición en defensa de los títulos legítimos de nuestro país sobre su territorio, y conviertan esta causa en un poderoso motivo de solidaridad nacional.
El Ministerio de Relaciones Exteriores dice que Nicaragua desde hace más de un siglo, ha pretendido desconocer, total o parcialmente, los tratados que establecieron las fronteras con sus tres vecinos.
A renglón seguido, la Cancillería sostiene que: "Actualmente tres pleitos relacionados con estos asuntos (de fronteras con sus vecinos) cursan con cada uno de ellos en la Corte Internacional de Justicia".
"Por el contrario -continúa el comunicado-, Colombia siempre ha desarrollado sus relaciones con los países limítrofes con estricto respeto a los principios y normas del derecho internacional y, principalmente, a la intangibilidad de los tratados, piedra angular de las relaciones internacionales".
"El Archipiélago de San Andrés es parte integral y fundamental de Colombia. Los derechos de Colombia sobre éste y las áreas marítimas que le corresponden hasta el meridiano 82°, están respaldados por los más perfectos títulos históricos y jurídicos; por el ejercicio pacífico e ininterrumpido de su soberanía y jurisdicción sobre el Archipiélago; y, naturalmente, por el Tratado Esguerra-Bárcenas de 1928, su Acta de Canje de Ratificaciones de 1930 y otros instrumentos internacionales", remata el comunicado.
La declaración, dada a conocer este domingo por la tarde, es la respuesta del Gobierno colombiano a manifestaciones del presidente nicaragüense, quien aseguró a periódicos de su país que veía con reservas la presencia del presidente Álvaro Uribe en la cumbre del Plan Puebla-Panamá, que comienza este lunes en el estado de Campeche, al sur de Ciudad de México.
Uribe llegará hoy a Campeche y mañana firmará una declaración con sus colegas de Centroámerica.
Lo que dijo Ortega
"Lo que sabemos es que Colombia se ha puesto a hacer política con gobernantes hondureños y costarricenses para hacer alianzas con ellos y tratar de despojarnos de territorio a los nicaragüenses", dijo Ortega, en declaraciones que reprodujo la agencia Efe en Managua.
Ortega, quien asumió por segunda ocasión la presidencia de su país el pasado 10 de enero, añadió que el Plan Puebla-Panamá fue creado para estimular la integración mesoamericana (México, Centroamérica y Panamá). "Sin embargo, Colombia no pertenece a Mesoamérica".
"Nos llama la atención la presencia de Colombia y tenemos nosotros nuestras preocupaciones sobre la asistencia de Colombia", dijo el mandatario en declaraciones publicadas por El Nuevo Diario de Managua.
En su declaración, la Cancillería colombiana reitera que "La participación de Colombia en el Plan Puebla-Panamá se deriva del propósito que la anima de buscar a través de la cooperación internacional, el progreso económico y el desarrollo social conjunto de los Estados miembros".
Los pleitos de Nicaragua
Nicaragua tiene pleitos internacionales con Colombia y Honduras por reclamaciones limítrofes. Managua no acepta el Tratado Esguerra-Bárcenas, suscrito en 1928, que definió los límites entre Colombia y Nicaragua.
Managua alegó ante el Tribunal Internacional de La Haya que dicho tratado fue firmado mientras su país estaba bajo ocupación de E.U.
El discurso de Ortega también se presenta justo cuando dicho tribunal se apresta a fallar, en junio de este año, si es competente o no para decidir sobre la validez del Tratado Esguerra-Bárcenas.
Nicaragua también demandó el tratado entre Colombia y Honduras, suscrito en 1986.
¿Qué es el Plan Puebla-Panamá?
Es un megaproyecto impulsado por el ex presidente mexicano Vicente Fox, para buscar la integración económica de Centroamérica, donde existe un mercado potencial de 64 millones de personas.
En esencia, el Plan Puebla-Panamá, que fue lanzada el 15 de junio de 2001, integra a nueve estados sureños de México, a los países centroamericanos y a Panamá.
Colombia adquirió el estatus de miembro pleno del plan el pasado 11 de julio. El interés del presidente Álvaro Uribe es aprovechar la oportunidad de vender a Centroamérica energía eléctrica y gas, a través del gasoducto que está en construcción conjuntamente con Venezuela.
Otro de los propósitos del plan es construir la carretera panamericana, lograr la conexión de fibra óptica entre los países firmantes y adecuar todos los puertos de esta zona del continente.
Algunas hipótesis sobre las declaraciones de Ortega
Políticos colombianos, como la senadora uribista Nancy Patricia Gutiérrez, interpretaron las declaraciones de Ortega como una forma de buscar impacto en la decisión que deberá tomar el Tribunal Internacional de La Haya, sobre las reclamaciones que tiene Nicaragua en los límites con Colombia.
La decisión se conocerá a mediados de este año y es por eso que la Cancillería, en su declaración, empleó tres de los cinco párrafos en el tema de los tratados internacionales y el Archipiélago de San Andrés.
Pero otros políticos locales también observaron que el ataque de Ortega buscaba tomar distancia sobre las decisiones estratégicas que se deberán adoptar en Centroamérica este año, como la construcción de una refinería que será surtida, en buena medida por México.
Nicaragua es en Centroamérica el principal socio político de Venezuela, el quinto exportador de petróleo en el mundo, que ya anunció que reducirá sus ventas a Estados Unidos, y que estaría interesado en buscar otros mercados.
Centroamérica cuenta con un mercado potencial de 64 millones de consumidores.
En ese terreno, Colombia está interesada en competir a través de los proyectos de interconexión eléctrica y distribución de gas, a través del gasoducto que ya se construye con Venezuela.
Completo el comunicado de la cancilleria colombiana, aquí
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