27 de marzo de 2008

Video: El cerrajero de las FARC



Se ofrecen visas de estudio en el ecuador: Instituto Campestre Bolivariano de las FARC. Cursos en manufactura de bombas ,secuestros , asesinatos y todo lo relacionado con el terrorismo . Solicitudes y documentos en la rectoria de la unam en mexico o en la presidencia del ecuador. Pd. no se olviden traer pijamas,(recomendacion personal de correa) se fabrican cadenas para secuestrados, contactar a franklin aisalla ,su cerrajero de confianza . quito ecuador


Por: Allen Panchana Macay- Especial La Hora.com.ec

Franklin Aisalla Molina era el anzuelo. Agentes de Inteligencia Militar del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador lo seguían hace cinco años, cuando se enteraron que el quiteño tenía nexos con la guerrilla colombiana de las FARC.

Nadie dudaría de él: muy reservado, incluso algo tímido, dedicado de lleno a su taller de cerrajería que se levanta en el norte de Quito, en la Av. 10 de Agosto y Tufiño. Pero oficiales del Ejército sabían que el quiteño daba “buenos resultados”.

Por no perder sus pasos se llegó a la captura de Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad, el 2 de enero del 2004 en la capital ecuatoriana, en la transitada Av. Amazonas. Lo confirma un coronel que participó en el operativo. “Siempre recibía a los emisarios importantes de las FARC.

Aisalla era su hombre de confianza, el perfecto tramitador. Y nosotros no podíamos desprendernos de él, peor capturarlo. Era nuestro anzuelo ideal”.

Franklin Aisalla Molina, nacido el 21 de mayo de 1970, hizo contactos con empleados de la Dirección Nacional del Registro Civil, Policía de Migración y Departamento de Pasaportes –así como con tramitadores- para conseguir documentos falsos de guerrilleros y poder suplantar identidades.

Ninguno de sus amigos sabía que el cerrajero, el último de tres hermanos, era integrante de la guerrilla. Aquellas misiones secretas no se las delegaba a nadie.

Oficiales de Inteligencia Militar entregaron a este diario dos videos dónde se ve a Franklin Aisalla en la selva. En uno, que data del 2006, celebra el cumpleaños número 58 de Luis Édgar Devia Silva, alias Raúl Reyes, el segundo al mando de las FARC.

En el otro, participa de un aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia donde, incluso, se lo ve con los ojos vendados, tratando de golpear con un palo una especie de piñata.

Por eso, no fue una sorpresa para los agentes del caso la confirmación que el quiteño murió junto a Raúl Reyes y 25 guerrilleros tras el ataque militar de Colombia en un campamento de las FARC en Ecuador, el pasado 1 de marzo.

“Cuando sus familiares dieron la alerta que su hijo desaparecido salía en las fotos de los noticieros, supimos que el asunto estaba por estallar”, cuenta la fuente.

Incluso, el Comando Conjunto investiga si Franklin Aisalla, además de documentos, proporcionaba equipos para que la guerrilla ponga a operar en la frontera colombo-ecuatoriana laboratorios clandestinos de procesamiento de droga.

De hecho, hay indicios que el último detectado y destruido por el Gobierno de Ecuador hace dos semanas, ubicado en el sector Los Cofanes de la provincia de Sucumbíos, a 800 metros del río San Miguel, fue montado con la ayuda del cerrajero.

Versiones que la familia se resiste a creer. Porque Aisalla, soltero, sin hijos y sin novia oficial, no tenía lujos, ni siquiera un carro para movilizarse.

No hablaba de política. Ni de convicciones. “De lo único que comentaba era de fútbol y sobre todo, de su equipo El Nacional. Siempre encendía la radio para escuchar los partidos. Era muy hábil y trabajador, a veces venía hasta los domingos a terminar sus pedidos”, recuerda César Ontaneda, enderezador del taller de cerrajería que el fallecido instaló con la ayuda de su tío materno, Marco Molina.

Otros de sus compañeros, en cambio, admiten que había motivos para sospechar. Franklin Aisalla casi siempre tenía trabajos “fuera de la ciudad” y salía con urgencia luego de recibir llamadas a su celular, que nunca dejaba de sonar. A veces no regresaba en días.

Para su madre, Teresa Molina, “todo lo que se dice es un invento. Aún recuerdo su voz, que escuché por última ocasión el 27 de febrero. Me llamó a saludar”. Él era su hijo ejemplar, graduado en el Colegio Salesiano Don Bosco, y un fascinado por la mecánica industrial. Habilidades que, según oficiales del Comando Conjunto, estaban a órdenes de las FARC.

Militares colombianos consultados por LA HORA vía telefónica revelan además que Franklin Aisalla era muy querido por la cúpula del grupo insurgente. Y, a más de sus servicios, había un motivo adicional: él era novio de Nubia Calderón, alias Esperanza, una mujer influyente en las FARC, encargada en Ecuador -hace 12 años- de dar apoyo a líderes guerrilleros, como contactos con la prensa extranjera o llevarlos a terceros países.

Investigaciones del Gobierno de Colombia apuntan a que Franklin Aisalla guió desde Quito hasta Angostura, provincia de Sucumbíos, donde estaba Raúl Reyes, al grupo de estudiantes mexicanos que asistió al II Congreso Continental Bolivariano, realizado del 24 al 27 de febrero.

“El cerrajero conocía perfectamente el camino al campamento escondido en la selva. Fue quien llevó a los jóvenes a entrevistarse con Reyes”, explica un oficial colombiano.

El Gral. de brigada Luis Garzón señala que esta información tiene el carácter de “clasificada, reservada y que solo se puede referir a ella si existe una orden del Ministro de Defensa o por órgano regular”.

En la humilde vivienda donde el cerrajero vivía con sus padres, en el Comité del Pueblo, zona 11, norte de Quito, nadie quiere hablar. Los vecinos dicen que “muy poco veían al señor de bigotes”. Guillermo Aisalla, el padre, se muestra más ofuscado, hasta el borde de las lágrimas. “Queremos sepultar a nuestro hijo y que ya no se hable de él, un chico inocente”. Aunque ayer la última puntada la dio José Gaviria, asesor del presidente Álvaro Uribe.

Salió de la Casa de Nariño, la sede del Gobierno, para hablar con la prensa: “Todos los que murieron en el campamento con Raúl Reyes eran guerrilleros”. Mientras en la cerrajería extrañan escuchar los partidos por radio. Ya no está el hincha de El Nacional.

Tramitan repatriación
“Mi misión aquí es llevar a mi hijo de vuelta a casa”, dijo Guillermo Aisalla a la prensa colombiana. Junto al enviado de la Defensoría del Pueblo, Lenin Rosero, Aisalla concurrió al despacho del defensor del pueblo colombiano, Vólmar Pérez.

Rosero indicó que la reunión con Pérez tiene por objeto “coordinar las acciones a seguir ante las autoridades colombianas para repatriar” el cadáver de Aisalla, en el menor tiempo posible.

“Luego, según establece la ley, se acudirá a una funeraria para que a través de los trámites respectivos se pueda enviar el cuerpo”, explicó Rosero, indicando que en todo caso se requiere la autorización de la justicia colombiana.

2 Observaciones:

Desde mi Caribe colombiano dijo...

mas claro, no canta un gallo

Cerrajeros Madrid dijo...

Wow , No sabia que estos videos habian sido de conocimiento del sistema de inteligencia.

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