Correa, además de patán, mentiroso

Por: MARIO CONCHA VERGARA

Cuando el Mariscal Sucre entró con sus tropas a Quito, a las pocas horas las calles se llenaron de pintas que decía "Trescientos años de despotismo, ahora, más de lo mismo", lo cual evidenciaba que nada había cambiado con la llegada del presunto libertador.

Hay que recordar que el maestro Simón Rodríguez adversó a Sucre por sus desplantes antidemocráticos y su actuación le hizo odiar a los seres de uniforme, escribiendo, abiertamente, en contra del militarismo tan acentuado en el Mariscal.

De allí para adelante, la verdad sea dicha, Ecuador es una nación, que como Bolivia, no se ha caracterizado por tener buenos gobernantes. De hecho, en el siglo XX solo Roldós llegó a las cercanías de ser un estadista pero lamentablemente murió en un accidente aéreo en la mitad de su mandato. De allí para adelante, al Ecuador lo ha gobernado la escoria del populismo político.

Recuerdo, por ejemplo, que en los sesenta gobernó un tal Arosemena, quien no podía ver una botella llena y se la bebía, creando con su vicio de alcoholismo serios problemas diplomáticos. Dicen en Quito, que una vez le hicieron un atentado; le dejaron una botella de agua mineral bajo la almohada…

Más tarde, en los ochenta, los ecuatorianos tuvieron que calarse al famoso loco Bucaram, quien se hacía rodear de prostitutas, cafiches y ladrones y quien encadenaba las radios para cantar sus malas tonadas, acompañado hasta por los famosos Iracundos. Todo el mundo sabe como terminó "el loco Bucaram" quien vive su exilio dorado en Panamá pero no en un psiquiátrico.

En la actualidad Ecuador después de haber sufrido a una serie de ímbéciles en la presidencia, eligió al que parecía menos imbécil pero que resultó ser el más patán, pues este es educado en Harvard y en Inglaterra y, se supone que algo aprendió de modales. Pero que va, lo que "Lo que natura non da, Salamanca non presta".

Rafael Correa, se ha dedicado, desde que asumió la presidencia, a engañar a su pueblo con una supuesta Constituyente calcada de la venezolana y ha emulado a Hugo Chávez hasta en la manera de insultar, transformándose en uno de los líderes más soeces de lo que va del siglo XXI.

Este personaje digo del libro de récord de Guinness, es una de las estrellas del firmamento revolucionario más nombrada en las computadoras del fallecido bandido Raúl Reyes de las FARC colombianas.

Las computadoras (son tres y no una como se quiere hacer aparecer) que están siendo analizadas por expertos de la INTERPOL revelan todo un aparataje de corrupción narco-guerrillera y de complicidad de los gobiernos de Ecuador y Venezuela, pero, en especial del gobierno de Correa, quien permitió la instalación de ocho bases militares guerrilleras en el territorio ecuatoriano con su respectiva logística proporcionada por sus fuerzas armadas.

Por otro lado, miembros de las FARC que se acogieron a la pacificación, han denunciado todo tipo de tropelías cometidas bajo el amparo del gobierno de Correa, entre las que se cuentan, por ejemplo, el asesinato de 22 soldados colombianos y de cientos de campesinos.

Raúl Reyes, el asesino más buscado por la justicia colombiana se paseaba por Ecuador como Pedro por su casa y escoltado, según se decía, por su cuerpo de seguridad con uniformes del ejército ecuatoriano. Esto, evidentemente lo sabía Correa y por eso creó todo ese show de rompimiento de relaciones con Colombia y se sumó al coro de insultos en contra del presidente Uribe.

Lo que está claro es que Correa avala a las FARC y se niega a calificarlas de terroristas, a pesar de las innumerables pruebas. Este seudo revolucionario no ha podido entender que las FARC ya no son ni ejercito de liberación, ni ejército revolucionario. Las FARC son bandidos terroristas que trafican droga fabricada por ellos mismos y que masacran y secuestran a seres inocentes. Esos crímenes, obviamente, no son avalados por ninguna ideología revolucionaria.

Para seguir con su verborrea lingüística, Correa dijo que Ecuador limitaba con las FARC y no con Colombia, lo cual le está dando autoridad a Colombia para atacar su territorio pues de acuerdo al mandatario ecuatoriano no se estaría atacando territorio de su país sino que de las FARC; a confesión de partes, relevo de pruebas…

La incontinencia verbal de Correa es tal que raya, realmente, en la locura. Ha retado a España, gobernada por verdaderos socialistas, a enviar tropas a la frontera de su país con Colombia. Un español le diría: "no joda hombre, que coño tenemos que ver con su problema". Lo mismo ha hecho con Estados Unidos y, ahora, para terminar de vomitar estupideces, ha dicho que si Chile declara a las FARC COMO TERRORISTAS EL LO HARÍA.

Pues, hágalo señor Correa pues Chile si declaró que las FARC son terroristas, y lo hizo por medio de su Canciller y en forma diplomática, sin insultos, como para que usted lo entienda pero, que va usted no sabe de eso. El Canciller chileno dijo exactamente esto, señor Correa: "El camino de la violencia y de las armas seguido por las FARC debe concluir. (Imperativo, ¿verdad?) Chile condena de la forma más categórica el secuestro, el cobro de rescate y el uso de seres humanos con fines claramente terroristas". Entonces Rafael Correa, ¿cómo entiende usted esta declaración? ¿Considera Chile que las FARC son terroristas o cree usted que el Canciller dijo que eran niñas de las monjas?

Es evidente que Chile rechaza el terrorismo de las FARC señor Correa, ¿cómo quieren que se lo digan? ¿En chino? - ¿En griego? ¿O en su lengua preferida que es el putanés?

NO siga emulando, presidente Correa a Hugo Chávez. Éste lo dejó a la deriva en la Cumbre de Río celebrada en Santo Domingo y luego se lavó las manos como Poncio Pilatos y lo dejó a usted solito con su mejor cara de Patán, digo, la de usted…