Causó sorpresa la renuncia, la semana pasada, del zar anticorrupción, Rodrigo Lara Restrepo. Según sus declaraciones, todo se desencadenó con la publicación en el diario hispano de Miami El Nuevo Herald de una nota según la cual una tía de Lara Restrepo, hermana del sacrificado ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, padre del zar, declaró hace 22 años en el proceso judicial por ese magnicidio que su hermano, quien entonces encabezaba la primera gran cruzada de las autoridades contra la mafia del narcotráfico, le había dicho que un helicóptero hallado en el complejo cocalero de Tranquilandia pertenecía a una sociedad de la que hacía parte Alberto Uribe Sierra, padre del presidente Álvaro Uribe.
Este tema ha sido objeto, en los medios nacionales, de numerosos informes y en varias ocasiones la Casa de Nariño ha emitido comunicados en el sentido de que, para cuando cayó Tranquilandia, Uribe Sierra había muerto diez meses antes, asesinado por las Farc, y sus herederos habían cedido sus acciones en la propiedad del helicóptero. La Presidencia ha aportado recortes de prensa que registran la venta del aparato antes del golpe de las autoridades contra Tranquilandia, todo lo cual le da a esta historia cierto sabor a refrito.
Sin embargo, Lara ha argumentado que funcionarios y asesores de Palacio le ocultaron la historia que el Herald investigaba, y aunque ha dicho que cree en la firme lucha del Gobierno contra el narcotráfico, sintió que, por la memoria de su padre, debía renunciar. Aún así, es difícil de entender que la declaración de su tía hace dos décadas a las autoridades no fuera conocida por Lara Restrepo sino hasta que el Herald se interesó en el asunto. Si los hermanos del asesinado ministro conocían esa versión y uno de ellos la elevó a rango judicial, también es extraño que jamás se lo hubiesen comentado a su hijo mayor. Cuando menos se lo deben haber hecho ver cuando este aceptó, hace más de 18 meses, la oferta del presidente Uribe para convertirse en zar anticorrupción. Si hoy esa versión es causa suficiente para dejar el cargo, lo mismo debía de haberlo sido entonces para no aceptarlo.
De manera paralela, Lara ha reconocido que un oscuro abogado, a quien la Fiscalía señala como cerebro de una banda de estafadores que le ha robado miles de millones de pesos a Cajanal, le prestó dinero a él para su fallida campaña al Senado, antes de que Uribe lo nombrara. Lara ha dicho que no conocía al abogado y que un empresario se lo presentó. Que un joven dirigente que aspira a un alto cargo reciba dinero prestado de alguien a quien dice no conocer es solo uno más de los varios interrogantes que su retiro deja en la opinión. ¿Cuándo supo Lara de la declaración de su tía sobre el helicóptero de Tranquilandia? ¿Es verdad que la Casa de Nariño le ocultó que El Nuevo Herald estaba tras la historia? ¿Por qué el secretario de prensa de la Presidencia no informó a Lara de las preguntas que hacía el diario de Miami? ¿Cuál es la verdadera relación de Lara con el abogado acusado del fraude a Cajanal?
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