5 de febrero de 2008

Carta abierta a Piedad Cordoba de un venezolano...

Venezuela, 05 de febrero de 2008

Senadora Piedad Córdoba

Por favor váyase de mi casa, Venezuela. Usted ofende e irrespeta a los ciudadanos venezolanos. Muchos creíamos que usted era una mujer seria. Una política prudente pero, desafortunadamente, nos equivocamos.

Usted viene a nuestro país a hablar de su gobierno y de su gente. Usted viene a ponerle la piedra al pueblo colombiano que lucha por la paz, que critica la violencia y el terrorismo. Ese pueblo inteligente, humilde y trabajador, nuestros hermanos colombianos, que han sufrido la violencia de los paramilitares, la violencia de los narcoguerrilleros y también la criminalidad de la delincuencia común. Ese pueblo fustiga todo tipo de violencia,venga de donde venga.

Cuando los ciudadanos libres del mundo salen a marchar contra las FARC no significa que apoyen a otros violentos. Siempre los pueblos han rechazado a los violentos. Pero es que las FARC ya cansan, se han extralimitado, ya tienen mamados a los pueblos venezolanos y colombianos. Secuestros, crímenes, rehenes convertidos en cadáveres vivientes, familias desgarradas, negocios de la muerte con narcotraficantes, ajusticiamientos de campesinos e indígenas, narcotráfico, y guerras que producen que miles de familias hayan sido obligados a ser unos parias, errantes, "desplazados".

Esa violencia, ese terrorismo de las FARC (de los paramilitares y los demás) jamás ha sido celebrada por los colombianos y venezolanos. Sólo una minoría de delincuentes y criminales, de ambos países, apoyan el terrorismo y la narcoguerrilla.

Usted no había recibido mal trato en nuestro país Venezuela. Pero cuando descubrimos su doble cara, su agenda oculta, de tomar nuestro país, nuestros sufrimientos y nuestros recursos, como trampolín de sus apetencias de poder, allí, en ese momento, senadora, nos arrechamos con usted. Algunos la han irrespetado fuerte, lo admito. Pero usted no se ha ganado el respeto del pueblo venezolano. Usted debe respetar para ser respetada. ¿Cómo se le ocurre decir que millones de adultos, jóvenes y niños en el mundo, que marcharon alegre, unidos, hicieron un "acto de odio"? ¿Odio a quién, senadora? ¿A sus amigos de las FARC? ¿Exclusión de sus terroristas preferidos? Sea prudente, senadora, respete al pueblo, a la gente, a los que sufren por las pequeñas travesuras de sus bebitos de las FARC.

Usted, como remate a la cadena de abusos, por causa del virus de incontinencia verbal que la contaminó en Miraflores, acaba de decir algo muy ofensivo para los ciudadanos del mundo. Usted, señora despiadada e irrespetuosa, afirmó que la histórica y gigantesca movilización mundial contra la violencia y el terrorismo de las FARC (y todos los demás terrorismo) fue un "acto de odio, racista, de exclusión"

Usted, señora Piedad, ofendió al mundo. A los ciudadanos humanistas. Su irrespeto lo pronunció, para nuestra desgracia, en suelo venezolano. Le pido disculpa a los ciudadanos del mundo por haber permitido que en nuestro país tengamos tan indeseable "invitada" del presidente Chávez.
Por favor señora Córdoba, váyase de mi país. Usted ofende.

¡Piedad go home! ¡Fuera, fuera, váyase, falta de respeto!

Para poder respetarla usted debe disculparse pùblicamente con el mundo por el insulto que le dio a millones de venezolanos.

Senadora, usted ofende. Es una persona no grata. Su lengua la desprestigió. Es mejor "cenadora" que senadora, pues un representante del pueblo, que forme parte de un parlamento, debe comportarse como representante del pueblo y no como vocera y representante de grupos terroristas. Usted no quiere la paz. Usted no cree en acuerdo humanitario. Usted es una mensajera de la guerra.


Hasta nunca, no muy atentamente:

Venezolano indignado

1 Observaciones:

Anónimo dijo...

piedad cordoba es una ladrona. Le robo a los pobres del choco para irse a pasear por el mundo, con sus hijos delincuentes y con el sueldo que le da chavez por ser guerrillera. Ojala el Presidente Uribe se ponga los pantalones y la deje sin patria. Que se la mande a chavez que son igualitos de bandoleros y ladrones. Siento dolor por mi patria y apatridas como esa no merecen vivir. Pero de la justicia divina no se salvara ni ella ni su sucia familia.

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