6 de febrero de 2008

Del ridículo no sale


Por: David MORÁN BOHÓRQUEZ
Noticiero Digital

“La conciencia del ridículo suele ser más molesta que la conciencia del pecado”
Amado Nervo (Escritor Mexicano, 1870-1919)

¿Por qué, por qué…por qué?

Ahí estaba, atragantado de incapacidad. Preguntándose por qué, por qué no lograba un buen gobierno, después de nueve largos años, todo el poder en las manos y una billetera, manejada a su antojo, que supera los seiscientos mil millones de dólares de ingresos. ¿Por qué? Se repetía ante su Asamblea para más tarde afirmar que la culpa, como siempre, era de otros menos de él.

Al faltarle Fidel Castro las aguas vuelven a su nivel, el de los años 2001 y 2002, con una pobre aceptación popular de su gobierno y ahora con las misiones ya descontadas. Sólo que le queda la retórica dura, sin masajes, sin control de calidad. Ya no se escucha en el Palacio de Miraflores la pregunta ¿Y Fidel, qué te dijo?. Ahora Hugo Chávez está hecho de Hugo Chávez, busca desesperadamente sustituir a Fidel por Marulanda. A ambos llegó tarde.

Chávez 100% Chávez es una nueva marca en el mercado político nacional. Pésimo cambio para quien hace apenas 60 días le anunciaba al mundo el parto histórico de una revolución con nueve años de caminar e inspirada en el siglo XIX, en toda su ruralidad. Chávez ahora no tiene mentor, el creyó que podía por sí solo, por eso nunca las segundas partes han sido buenas mucho menos segundos mandatos. Desde el Oráculo del Guerrero hasta hoy, nunca ha estado tan hecho de sí mismo.

El Hugo Chávez loco, imprudente, desbaratado, descontrolado, impulsivo, locuaz, irreflexivo, pero bien intencionado quedó treinta kilos atrás. Nuestra sociedad quiere a sus “locos”, los perdona, les tiene paciencia, pero no a los ridículos. Chávez, hecho comandante y revolucionario y sin mentor llegó rápido al ridículo. Y de ahí no se sale.

Eso tiene un costo enorme para nuestra sociedad. No es al vecino al que soportamos, es al Jefe de Estado. Atormentado, presa de su conciencia, capaz de cualquier cosa con tal de salir del ridículo sin darse cuenta que se hunde más y más. En cada aplauso de su corte, en cada desfile de su ejército, en cada millón de dólares malversado, en cada Aló Presidente, en cada Cumbre, en cada amenaza, en cada cadena. Por donde vaya, ya le comienzan a mirar los gestos, las manos, los tics. De loco a ridículo hay un abismo social. Lo demás es cariño transaccional, para ver que agarro.
En la mente de Chávez hay un muro que divide a la sociedad, malas noticias, los puentes son muchos y cada día más. Dos kilos de caraotas unen a la familia, un pote de leche mucho más. Un muerto une al barrio entero. El ridículo presidencial a todo el país. Así funciona.

Pasó un año entero jugando con sus seguidores como juega el gato con el ratón, que si de aspirantes al partido único a milicianos necesarios. Ya no cuenta en las regiones, se le viene encima el afán centralista. ¿Cómo le levanta la mano a un candidato a gobernador? Mercal y Pdval son entes centralizados. Hace poco, él mismo anunció el aumento del precio de la leche.

En una discusión reciente, oí a unos revolucionarios discutir desesperanzadamente sobre el año 2008. Ven venir la nube negra, pero lo anecdótico fue que en un acaloramiento, uno de dijo al otro: Está bien, soy revolucionario, pero a respetarnos. No me llames chavista.

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