14 de enero de 2008

Gestor de impunidad

Por Edwin Brítez - ABC Digital
Ahora Hugo Chávez tiene lo que le faltaba, el brazo armado de la revolución bolivariana para la expansión del socialismo del siglo XXI en el continente. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ENL) son bolivarianas, dijo el presidente venezolano, con lo cual dejó al descubierto dos cuestiones: 1. Que la revolución bolivariana ha dejado de ser un simple proyecto político para convertirse en un proyecto político de lucha armada con método de guerra de guerrilla y secuestro de personas. 2. Que Chávez no era un simple e inocente mediador, como todos creíamos en la entrega de los rehenes, sino parte interesada.

Todos –menos el presidente colombiano Alvaro Uribe– pensamos de buena fe que Chávez era interlocutor válido de la guerrilla, simplemente por coincidir con ella en su discurso antiimperialista. Pero he aquí que eran socios y correligionarios, y ambos –las FARC y Chávez– montaron el show de dramatizar la liberación de dos rehenes para obtener el máximo de publicidad internacional, altamente favorable a sus objetivos.

Ahora vemos que la entrega de rehenes no fue una demostración de respeto a la vida por quienes tienen como filosofía despreciarla, sino una ambientación mediática para que el ingreso de las FARC y del ENL a la revolución bolivariana obtenga la mayor difusión posible, propósito que se cumplió con creces.

No son terroristas, afirma Chávez, y pide al mundo que se los trate como ejércitos de ocupación, como fuerzas insurgentes con proyecto político de tipo bolivariano, que él ya se anticipó en calificar de muy respetado en Venezuela.

Acto seguido pidió al continente y a Europa borrar los antecedentes criminales (por supuesto él no usó estos términos) de los terroristas colombianos con el argumento de que están en la lista de terroristas solamente por presión de Estados Unidos. En otras palabras, Chávez consiguió con sus amigos terroristas la liberación de dos rehenes a cambio de gestionar la impunidad de sus crímenes de lesa humanidad.

Claro, Emmanuel no es hijo ni nieto del comandante Hugo Chávez ni de nadie que dirige la revolución bolivariana. Los 11 parlamentarios tomados como rehenes y devueltos por las FARC en ataúdes a sus familiares no son parientes de Chávez ni de ningún líder del socialismo del siglo XXI. Ingrid Betancourt y los demás rehenes de los narcoguerrilleros tampoco son parientes de estos señores que, sin atender ruegos ni mostrar misericordia, devuelven clandestinamente vidas en ataúdes y hacen entregas con vida, solamente con amplias garantías de publicidad.

Muy bien comandante Chávez, vamos conociendo poco a poco la naturaleza íntima de la revolución bolivariana y poco a poco vamos entendiendo lo que nos espera con la expansión de su política a nuestros países, sobre todo ahora que tiene el respaldo del presidente de Irán y de las prestigiosas FARC y del ELN.

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